-¿Mamá
me moriré?- , le decía, siempre, a mi madre, cuando sufría alguna caída, dado
que era una niña despistada, y tan apenas me fijaba donde colocaba los pies.
Corría
hacia ella y, llorando, me sentaba en sus rodillas, me rodeaba con sus brazos y
meciéndome, al tiempo que me besaba con la dulzura que solo una madre es capaz
otorgar a sus hijos, me decía:
-No
cariño, ¡nunca te pasará nada! Mamá estará a tu lado
Colocaba
mi cabeza en su hombro y todo el tiempo que duraban mis lágrimas, lo pasaba
oliendo esa fragancia de violetas que la distinguía de todas las personas que
formaron parte de mi infancia.
En
los momentos más felices de mi niñez, ese aroma ha estado presente: cuando
salía del colegio, al volver a casa tras jugar con los niños en la calle, en el
cine con mis padres… era tranquilizador saber que, en cualquier lugar de mi
infancia, percibiendo ese aroma, me sentía protegida.
Hace
unos días Rosa nos pidió hiciéramos un relato visualizando a través de los
sentidos para dar un mayor realismo a nuestros escritos. En ese instante
reconocí en mi memoria esa fragancia de violetas, cerré los ojos y recuperando
toda esa información de mi infancia, supe que mi madre estaba a mi lado. (Coral).
Seguiré escribiendo, me gusta, es algo que no he hecho en años metida como estaba, al igual que todas las personas, en la vorágine del trabajo. Quiero expresar a través de mis palabras, sentimientos, emociones y decirle a l@s amig@s que no ves a diario, pero que sabes que están ahí, que los quiero. Volveré…
Un gran blog y una gran escritora. Seguirla porque será una muy buena poeta y yo, como todos/as amigas te lo deseamos
ResponderEliminarGracias Alex por tus palabras. Eres un escritor que se introduce con gran facilidad en la piel de los personajes, creas con gran realismo. Yo escribo sentimientos, vividos y sentidos. Seguiré mi trayectoria con ilusión, en el lema que creamos un día "jugando a ser escritores".
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